“Remamos;
fuego en nuestros músculos,
sal en los ojos,
el viento en la proa,
y el sol en nuestra piel.”

Diario de un canoero, C. Hawthorne Flaherty 

Para los antiguos mayas, mantener a los dioses complacidos, era necesario para aplacar su ira y los terribles castigos que esta acarreaba. Para ello, eran necesarios todo tipo de ofrendas; desde las más simples, como dejarle alimentos a los espíritus cuidadores de los cultivos, hacer ceremonias regidas por el balam en nombre del dios al que le pedían el favor, hasta sacrificios de animales considerados sagrados e incluso humanos, quienes eran daban la vida para que el pueblo siguiera viviendo en paz. No importaba cuál fuera la ofrenda, siempre se consideraba un honor formar parte de ellas. La región de lo que ahora es la Península de Yucatán, en donde en algún momento vivieron durante mucho tiempo antes de la llegada de los españoles, la diosa Ixchel era quien los procuraba, por su poder sobre la luna, y por lo tanto del mar. Cada año, el balam encabezaba una flota de canoeros desde Polé (Xcaret), hasta Kuzamil (Cozumel). En el lugar había una estatua de la diosa de enormes proporciones con una abertura en la parte posterior, el sumo sacerdote penetraba en el lugar y se comunicaba con la dueña de los mares, era entonces cuando se enteraban si les esperaba un año próspero o por lo contrario, carencias o desastres.

En nuestros días, en el parque ecológico Xcaret, se lleva a cabo desde hace nueve años una representación de este viaje. La Travesía Sagrada Maya, atrae a cientos de turistas de diferentes partes del mundo con la promesa de transportarlos a la época de nuestros antepasados. Durante seis meses antes del gran día, entrenan arduamente todos los días para poder estar en forma para realizar el recorrido.

El entrenador del parque Juan Carlos Silva, un ex marino uruguayo contratado por el parque se encarga de preparar a los participantes que se inscriben dese el mes de septiembre del año anterior. Lo que precisa lograr Juan Carlos Silva, es que quienes toman la decisión de formar parte de este evento comprendan lo que significa para las cultura maya. “La Travesía involucra varios conceptos artísticos, deporte, navegación marítima y lo sagrado que conlleva”, dice Silva quien también menciona que la pasión es lo más importante para poder sacar adelante al equipo.

Entrenamiento:

El entrenamiento le exige a los participantes conseguir resistencia en distintas disciplinas. Lo más importante son los exámenes de nado, pues estando en medio del mar pudiera pasar cualquier cosa que ponga en peligro tu vida. Seguido de los exámenes de nado, lo que sigue es acondicionar el cuerpo al esfuerzo físico que demanda el canotaje. Desde correr los días en que les toca entrenamiento -y por su cuenta- hasta fortalecer los brazos para poder remar. Posteriormente viene los entrenamientos con el remo.

Por último, menciona el coach Silva, que lo esencial es la pasión al mar y el respeto a las costumbres.

Este 22 y 23 de mayo se llevará a cabo la Novena Travesía Sagrada Maya, y quienes quieran formar parte de este maravilloso evento pueden inscribirse a partir de septiembre a :

http://www.travesiasagradamaya.com.mx/convocatoria_2015.php