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Jipi

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El sombrero de Jipi es un sombrero de ala elaborado a partir de las fibras de las hojas de la Carludovica palmata.

Las localidades donde se producen son Santa Cruz Ex Hacienda y Bécal, en el municipio Campechano de Calkiní. Cabe mencionar que Becal es conocido de manera nacional gracias a la elaboración de los sombreros, desde los años 1800.

La Cestería fue de gran importancia en la cultura Maya, un método que les permitía confeccionar bajo el principio de entretejido o entrecruzamiento toda clase de productos para satisfacer necesidades específicas. En estás se incluyen objetos como los canastos, y a partir de la conquista española sirvió de base para elaborar sombreros de fibras locales, entre ellas en huano.

Fue en 1859 cuando el presbítero Ignacio Berzunza (de Calkiní) pasó al Petén Itzá de Guatemala; observando una clase de huano, que fue llevada hasta ese rincón de la península de Yucatán.

Casi a finales del año 1800, los hermanos Sixto y Pedro García decidieron emprender un viaje a Guatemala, hasta el río San Luis. Posteriormente decidieron plantar el jipi en la entonces hacienda henequera de Santa Cruz, en el municipio de Calkiní.

A principios del siglo XX, la manufactura de sombreros se convirtió en la principal actividad de los habitantes.

La Palma de Jipi mide entre uno y dos metros de altura y de la fibra de sus hojas se hacen estos sombreros. La palma jipijapa comienza a explotarse después de tres años de sembrada, es el tiempo que necesitan las tiras de palma para alcanzar su extensión máxima.

El proceso comienza cortando los cogollos de la palma, posteriormente se azotan para que se abran, después se rayan con una aguja las fibras de la hoja y se separan unas de otras. Ya que está rayado el guano, se hierve con azufre una hora y media para que se ponga blanco, luego se seca al sol sobre una cuerda. Ahí el guano se enrolla a lo largo y queda listo para tejerlo.

Se requiere condiciones de humedad para manejar la fibra de la palma, por lo que no se podría realizar al aire libre, sino que esta actividad se realiza en cuevas.

El frío y la humedad que guardan las cuevas permiten mantener la flexibilidad de la palma de jipi y poder entretejerla con facilidad. La mayoría de estas cuevas fueron realizadas cuando se extrajo piedra caliza para construir distintas obras en la población.

Para mantener la forma de la cabeza del sombrero mientras se teje, se utilizan unos moldes de madera. Para conseguir una fina textura, pulen la pieza con la parte más lisa de una concha de caracol del mar.

El acabado o planchado se realiza en una prensa especial, que es la que le da forma: redonda, tropical, española, tejana, indiana o norteña.

Aquí te dejamos un video acerca del sombrero de jipi, Disfrútalo.

 

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Anteriormente hablamos acerca de la Jarana, un baile representativo del Estado de Yucatán, pero dentro de este baile singular se encuentra la vestimenta de sus participantes, una parte muy importante que muchas personas no conocen.

Empecemos hablando del traje de la mujer, el cual está conformado por tres partes, de ahí el nombre de TERNO, el cual está conformado por:  el Jubón, el Huipil (llamado también Hipil)  y  el Fustán.

El traje es una combinación de orígenes y la evolución de la cultura maya, así como sus contactos con otras civilizaciones como lo es la española, conformando un atuendo que incluye la moda europea a través del tiempo, como también las características de la región.

El huipil o hipil, es un vestido blanco, suelto, del mismo ancho desde arriba hasta la media pierna, cosido lateralmente, con dos aberturas para los brazos y otra de forma cuadrada para la cabeza, las cuales, junto con la parte inferior del vestido, están decoradas con vistosos motivos bordados, al igual que el jubón.

El jubón es un cuello cuadrado con un ancho de unos treinta centímetros sobrepuesto al huipil. Se trata de una pieza bellamente decorada con motivos bordados, su encanto radica en el escote cuadrado que deja libre parte del pecho y la espalda, con delicada audacia.

Debajo del hipil se usa una enagua larga y amplia llamada fustán, que en ocasiones tiene bordada la parte inferior. Se ajusta a la cintura con una pretina de la misma tela, debajo del huipil, y llega a cuatro dedos de los tobillos, y está decorado con encaje y bordados. El terno se complementa con un fino rebozo de Santa María.

El atuendo no está completo si no lleva al cuello las joyas tradicionales: un rosario de filigrana de oro, otro de corales y una gruesa cadena salomónica de dos vueltas, de la que penden varias monedas y una medalla grande con efigie religiosa. Tampoco pueden faltar los aretes de filigrana y coral, así como el pulso de petatillo de oro que complementen su ajuar.

En cuanto a los accesorios, las mujeres peinan su cabellera tirándola hacia atrás y la enrollan sobre sí misma hasta formar un moño de pelo en forma de ocho sobre la nuca, prendiendo un hermoso lazo de cinta colorida. Por último se colocan flores del lado derecho para las mujeres casadas y del izquierdo para las solteras.

Los hombres  visten con un pantalón de corte recto y filipina de seda o lino, ambos de color blanco. La filipina es una variante de la guayabera utilizada desde finales del siglo XIX y a la que se considera la prenda típica del mestizo yucateco.

Como  complemento, los hombres llevan un sombrero blanco de jipi o palmilla (ajustado con una angosta cinta negra). Calzan alpargatas blancas “chillonas” de cuero, de tacón alto y grueso. Complementan su atavío con un pañuelo rojo (paliacate) que llevan colgado de la bolsa lateral derecha o alrededor del cuello cuando tienen la filipina abierta.

Como resumen, te darás cuenta que las mujeres llevan la parte más elaborada a la hora de vestirse, pero que finalmente deslumbran con belleza y colorido con sus mil y un colores. Mientras que los hombres son más ligeros en su vestimenta, pero con una linda flor que los acompaña a su lado: la mujer con su vestido de mestiza.

 

 

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