Para muchos, viajar es una de las mejores formas de descansar, aprender y disfrutar de buena compañía. Para otros también es una oportunidad de tomarse un tiempo para sí mismos, estar abiertos a conocer gente nueva y dejar a un lado las reglas y las estructuras.
Aunque viajar en compañía es maravilloso y puedes disfrutar de un millón de cosas, viajar solo tiene muchas más ventajas de las que uno se imagina, que van desde la libertad de decisiones personalizadas hasta un importante grado de autonomía.
A pesar de que gran parte de la gente prefiere quedarse en la casa antes de pensar en ir a un viaje en solitario, cada vez son más los jóvenes que encuentran en esta experiencia una forma de conocer gente y tener tiempo para pensar. Para otros, viajar solo es una oportunidad para desafiarse.
Estas son solo algunas razones por las cuales uno debería agarrar la maleta y partir en solitario, experiencia que se tiene que vivir aunque sea una sola vez en la vida:
1.- La idea de viajar es conocer otros lugares y países, pero lo que realmente sucede es que se deja atrás la comodidad de lo asegurado y tradicional, sorprendiéndose de lo nuevo, valiéndoselas por uno mismo y dejando un espacio durante algunas semanas o meses para remover esa zona de confort que muchas veces domina la rutina.
2.- En un viaje solitario, la compañía llega de las personas que uno menos espera, especialmente de la gente que recibe al visitante. Al viajar solo hay que estar abierto a maravillarse con la gente de otros países y regiones, aprendiendo de ellos y llegando a conocer la verdad sus costumbres y culturas. El viajero solitario muchas veces se salta la ruta del turismo para entrar en contacto de forma discreta y sencilla con la realidad de personas, familias y culturas.
3.- Cuando se viaja solo es necesario aprender rápido para adaptarse, negociar y relacionarse, pero sobre todo se debe aprender de uno mismo. Con la cantidad de tiempo que uno dispone es casi imposible no evaluar las prioridades, objetivos y proyectos que se dibujan en el futuro, y de pasada conocer también cuáles son los rasgos propios que dibujan la personalidad.
4.- Cuando se viaja en solitario no es necesario impresionar a nadie ni gastar de más, por lo que una opción es transitar en dos ruedas o a pie para conocer distintos rincones de ciudades y pueblos alejados, así como también atreverse a conocer restaurantes o cocinerías que difícilmente servirían para una cena romántica, pero que pueden contener los mejores sabores locales. Una forma de ahorrar para que dure más la travesía.
5.- En un viaje en formato solitario es posible conocer a muchas otras personas que están en las mismas circunstancias, que comparten intereses similares y que están dispuestas a dejar cosas atrás para recorrer el mundo. Un buen punto base para conocerse, empezar una conversación y dejar que las cosas tomen su propio rumbo, sin importar el idioma o las diferencias étnicas.
6.- Si estamos pensando en lanzarnos a viajar solos, hay que aprovechar la tecnología. Hoy en día, una tableta permite cargar cientos de libros en menos de medio kilo de peso y un celular puede tomar tan buenas fotos como una aparatosa máquina de los noventa.
Viajar solo es una de las mejores inversiones que puedes hacer en ti mismo. Te llenarás de recuerdos maravillosos, historias divertidas y gente entrañable a la que echarás de menos. Te darás cuenta de qué es lo que realmente te importa en la vida y qué es lo que no tiene sentido para ti. Al final de lo que se trata es de dejar la timidez en casa, porque así tu experiencia será mucho más enriquecedora. Consulta el artículo de “Los consejos útiles para viajar solo por el extranjero”
Información de urban360