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Fauna en Yucatán

Tucán, Foto: laotraopcion.com

Sabemos que lo que más disfrutas de visitar un lugar nuevo -aparte de conoces sus sitios arqueológicos más importantes-, es explorar los atractivos naturales; ya sean cenotes, playas o la vegetación misma, y Yucatán no es la excepción. En nuestras selvas tropicales, además de encontrar una vasta variedad de especímenes de flora que te dejaran absorto por su belleza y colorida, también te podrás topar con animales extraordinarios que, combinado con el ambiente, no te dejarán olvidarlos nunca. No hay mejor testimonio que un vistazo a diez de los más bellos y magníficos animales que verás en la Península de Yucatán.

1) El Tucán

Tucán, Foto: laotraopcion.com
Tucán, Foto: laotraopcion.com

Se caracteriza por poseer un pico muy desarrollado y de vivos colores. Miden entre 18 y 63 cm, siendo el tucán toco el de mayor tamaño. Suelen usar sus enormes picos para batirse en duelo por una hembra. Su inconfundible graznido pone en alerta a quienes prestan atención, ya que se puede notar la diferencia entre las aves comunes y el sonido que emiten cuando llegan de visita.

 

2) El Mono Araña

Mono Araña, Foto: www.martitorris.com
Mono Araña, Foto: www.martitorris.com

 

Este curioso primate se desliza entre los árboles en busca de sus alimentos y de otros de su especie. Que no te engañe su delgada figura, es tan ágil que puede tomar tu cámara fotográfica antes de que puedas hacer un clic. A pesar de que no se dejan ver con facilidad, experimentará la misma curiosidad verte que tú al observarlo a él. Recuerda siempre respetar su espacio.

 

3) El Manatí

Manatí, Foto: periodiconmx.com
Manatí, Foto: periodiconmx.com

Es inevitable no sentir cierta ternura hacia este gran mamífero marino. Su parsimonia para nadar hace parecer que únicamente es la corriente la que lo lleva de un lugar a otro. Es un animal muy pacífico que se puede ver principalmente en aguas que alcanzan los 60 grados Fahrenheit y en solitario, a excepción de cuando están con sus crías o en época de apareamiento.

 

4) El Tlacuache

Tlacuache, Foto: www.mexicodesconocido.com.mx
Tlacuache, Foto: www.mexicodesconocido.com.mx

Es el único marsupial de México y se encuentra en peligro de extinción. Es una pequeño animal con mala fama por su gran parecido con las ratas pero con enorme tamaño, pero que no tienen nada más en común con ellas. Son criaturas tranquilas, que salen mayormente en las noches en busca de alimento. En poblaciones cercanas a la selva es común verlos en medio de la noche huyendo con comida hurtada de las casas o los basureros.

 

5) El Jaguar

Jaguar, Foto: en.wikipedia.org
Jaguar, Foto: en.wikipedia.org

Anteriormente hablamos un poco sobre este felino y su importancia en la cultura maya antigua, misma que radica en su imponente figura que inspiraba poder en sacerdotes y miembros de la realeza. Éso, sin mencionar la belleza de su pelaje que no pasa desapercibido a nadie. Si te topas con este felino en su entorno natural, no creo que quieras acercarte a tomarle fotos.

 

6) El Pez León

Pez León, Foto: panoramaagrario.com
Pez León, Foto: panoramaagrario.com

El pez león, erróneamente llamado pez escorpión, es un pez de la familia Scorpaenidae. Su hábitat natural son los Lagoon y arrecifes del Océano Índico tropical y el Pacífico occidental. Estos hermosos se pueden encontrar en los arrecifes coralinos de nuestras bellas playas. Ten cuidado de no tocarlos, puedes llevarte una sorpresa.

 

7) El Tejón

Tejón Mexicano, Foto: galleryhip.com
Tejón Mexicano, Foto: galleryhip.com

El coatí de nariz blanca (Nasua narica), también conocido como pizote, antón o tejón mexicano, es una especie de mamífero carnívoro de la familia de los prociónidos. Es muy común verlos andar en manadas de hasta veinte o más ejemplares.
CUIDA TU COMIDA CUANDO LOS VEAS VENIR.

 

8) El Tiburón Ballena

Tiburón Ballena, Foto: davidromerovara.com.mx
Tiburón Ballena, Foto: davidromerovara.com.mx

De mayo hasta octubre este colosal mamífero marino visita a la isla de Holbox. Es la época en que viene para aparearse y alimentarse a nuestras cálidas aguas. No pierdas la oportunidad de conocerlo, quedarás muy asombrado.

 

9) Tortuga Carey

Tortuga Carey, Foto: www.profepa.gob.mx
Tortuga Carey, Foto: www.profepa.gob.mx

La tortuga Carey puede llegar a medir hasta un metro de largo. Anida en las playas del Estado, desde Celestún, hasta El Cuyo. Están en peligro de extinción y su situación es crítica. Si las ves, respeta su espacio y admíralas a una distancia considerable para no intimidarlas.

 

10) Ocelote

Ocelote, Foto; www.chilango.com
Ocelote, Foto; www.chilango.com

El Ocelote es conocido como tigrillo y gato onza, vienen de la familia de los félidos y vive desde Texas hasta Argentina. El Ocelote mide entre 55 y 100 centímetros y la cola entre 30 y 45 centímetros de largo. El Ocelote tiene mucha fama por su piel y a causa de su caza excesiva solo quedan pocos ocelotes.

 

 

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Jaguar, foto: es.paperblog.com

La Cultura Maya, es una de las más estudiadas y admiradas en la historia del hombre por su magnificencia arquitectónica, sus vastos conocimientos astrológicos, matemáticos, médicos y de agricultura -por sólo hablar de unos cuantos-, y aún después de cinco siglos de la llegada de los españoles a las costas mexicanas, sigue asombrando los vestigios de la cultura que luchan por prevalecer.

Una de las características que identifican a la cosmogonía maya -y a la mayoría de las civilizaciones anteriores a la era cristiana, consideradas paganas en su momento-, es la variedad de deidades zoomorfas o la costumbre de ponerle nombres de animales de la selva a los mismos (Kukulcán, Ek’ Chuak, etc.). Por ello, no es sorpresa encontrar en los muros de las ruinas arqueológicas imágenes de estas deidades representando escenas tradicionales. Sin embargo, uno de los animales más predominantes en esculturas, escenas y vestimenta maya, es el jaguar. La elegancia que la realeza antigua anhelaba y hacía lo que fuera por conseguirla.

Un vistazo al pelaje rojizo claro que con a la luz del sol refleja aquel brillo que el ser humano ha buscado desde tiempos inmemorables porque le inspira grandeza y lujo. El rojizo brillante se ve complementado por las manchas en forma de rosetas irregulares que en lugar de manchas parecen pinceladas perfectas y no nos permiten alejar la vista de ellas. Era esa piel la que los sacerdotes y la realeza maya codiciaban y a la que únicamente ellos tenían acceso. Incluso, algunos estudios sugieren que probablemente los artesanos que hacían los objetos con imágenes de jaguares y la población en general, difícilmente habrían visto uno en persona. Esto lo dicen, ya que no se han encontrado restos de estos animales dentro de las ciudades y por la forma tan alejada de la realidad que presentan los trabajos en muros, vasijas, etc. y se creía que eran los sacerdotes y los miembros de la realeza quienes les describían las formas cuando pedían que se les hiciera alguna artesanía.

Jaguar rugiendo
Jaguar rugiendo

 

Haciendo a un lado esto, lo que sí es verdad, es que para los mayas, el jaguar era un símbolo inconfundible de la virilidad y el poder masculino. Esto era por su imponente figura -es el felino más grande de América-; por su agilidad para trepar los árboles de la selva tropical;  las enormes garras con las que atrapa a sus presas y esos colmillos de grandes proporciones que hacen retroceder a cualquiera que los ve; sin mencionar que es un felino con una gran actividad sexual.

Estos imponentes felinos, cazan después de que cae el sol por las tardes y antes de que se imponga de nuevo, esta es la razón por la cual, era considerado una criatura ambivalente. Esto quieres decir que se creía que tenía influencia tanto en nuestro mundo como en el Xibalbá -el inframundo maya-. Contaban los mayas que podía ir y venir cuantas veces quería y poseía todos los secretos del mundo de los dioses y los espíritus.

Jaguar al asecho
Jaguar al asecho

El Balam, en la tradición maya antigua, era una especie de espíritu protector de las milpas y sus cultivos. A ellos encomendaban sus extensiones de territorio de cultivo y eran quienes intervenían con las deidades superiores para conseguir beneficios para sus campos. Cuando la tierra se tornaba árida, era momento de pedir al balam que interviniera con Chaac para que del cielo descendieran los torrentes de agua necesarios para que los frutos surgieran de la tierra.

La leyenda de cómo el Balam consiguió sus manchas

La leyenda cuenta que, cuando fue creado, el jaguar no tenía manchas y que se pavoneaba orgulloso en la selva, presumiendo a los demás animales su precioso e inmaculado pelaje que brillaba cuando los rayos del sol chocaban contra él. Los monos, que se burlaban de todos cuantos pasaban, notaron la soberbia que emanaba y, para mofarse de él, le lanzaron unas frutas para manchar su piel, cosa que provocó la hilaridad de los animales que estaban presentes. Furioso por la ofensa de la que acababa de ser objeto, el jaguar corrió tras ellos. Los monos, que en ese entonces carecía de la cola prensil que los caracteriza, no tuvieron tiempo de huir de las garras del gran gato, así que un par de ellos fueron devorados cruelmente por el animal. Muy tristes y enfadados por el crimen que el jaguar acababa de cometer, acudieron al señor del monte, y le contaron lo sucedido. El señor del monte, que siempre buscaba impartir justicia entre los animales para que reinara la armonía en la selva, les dio a los monos una larga cola que les serviría para trepar y deslizarse por los árboles. Así, la próxima vez que se toparon con el jaguar, le lanzaron frutas de nuevo, cuando todos comenzaron a reírse de él, este salió disparado detrás de ellos, pero para su sorpresa, no pudo alcanzarlos porque los monos le llevaban la ventaja de los árboles. Aunque decepcionado por no haber  cobrado su venganza, el jaguar desistió de su cacería y optó por ir a lavarse la fruta de su piel. Sin embargo, su sorpresa fue grande cuando aquellas manchas no se quitaban por más que las enjuagaba. De esta manera, el jaguar mantiene el recuerdo de su vanidad en las manchas de su piel.

Jaguar
Jaguar en la selva

Ya sea por su imponente figura, por la belleza de su pelaje, por la elegancia de su andar o la intensidad de su mirada, el jaguar representa para muchos un símbolo de poder que no cualquier otro animal puede equiparar. Por algo los antiguos mayas quedaron absortos por este grandioso felino.

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