El nombre original es para todos desconocido, pero cuando el inglés Thomas Gann la visitó -en 1927-, nombró a la zona arqueológica como Dzibanché, que significa “Escritura sobre madera”, por los dinteles con grabados que se encuentran en el edificio VI. Los expertos han llegado a la conclusión de que el lugar fue fundado alrededor del año 200 a.C., pero fue durante el periodo Clásico Temprano (200 años después de Cristo) que empezaron las construcciones como se encuentran ahora (en esa época se empezó a construir la acrópolis). Entonces empezó a surgir con gran esplendor.
Posterior al Clásico Terminal (1000 años después de Cristo), los investigadores creen que hubo una especie de cese de actividades arquitectónicas por una posible crisis social o desequilibrio en el sistema que provocó su posterior abandono. Más o menos por el año 1200 d.C. los habitantes ya vivían en casas en los espacios circundantes y únicamente acudían a los templos a depositar ofrendas o realizar ceremonias.
A tres kilómetros de Dzibanché, encontramos Kinichná, que bien podría ser parte del mismo sitio pero que en cambio, se le ha nombrado de otra manera para diferenciarlo. Hay otros dos sitios que no están abiertos al público para su exploración: Tutil y Lamay.
Los sitios pueden ser visitados de lunes a domingo de 8:00 a 17:00 horas, el boleto de entrada te permite acceder al conjunto principal y a Kinichná, además de servicio de sanitarios y estacionamiento. En la ciudad de Chetumal puedes contratar guías certificados que te pueden dar el recorrido con información más detallada.