El Monunemto a la pPatria es el primer altar que se levanta a la nacionalidad en México y en el continente Americano, realizado por el maestro colombiano Rómulo Rozo.
Se ubica en el cruce del Paseo de Montejo y la Avenida Campo Deportivo.
Fue inaugurado el 23 de abril de 1956, por el presidente de la República Adolfo Ruiz Cortines. Es el único monumento tallado en piedra directamente en el mundo y en nuestro siglo.
Simboliza el lago de Texcoco, la eterna armonía, la tradición. Sus 31 columnas representan los 28 estados de la república Mexicana, 2 territorios y el Distrito Federal.
El gran monumento, que se levanta en la tercera glorieta del Paseo de Montejo en la blanca Mérida, es un hemiciclo que ocupa un cuarto de hectárea. Coincidiendo con el eje de nuestra gran avenida, el centro del círculo determina también la alineación de la figura principal, una escultura de 14 metros de altura con faz de mestiza reciedumbre, mirando hacia el sur, llevando en su seno el fuego sagrado de la vida.
Esta imagen de la Patria porta un collar de jade del que pende un pectoral en forma de caracol; su pecho, apenas insinuado, lo cubre una cota decorada con serpientes emplumadas, que, junto al dije del collar, sugiere el origen marino del pueblo de los itzaes.
Las manos, adornadas con brazaletes, sostienen un portaestandarte y debajo de éste se observa el escudo de la ciudad de Mérida, y más abajo, la típica choza resguardando la llama votiva. Circundando dicha imagen, una alegoría de ofrendas representan los frutos de la tierra, así como el producto del trabajo de los artistas, en mano de doce deidades que a manera de las 9 musas clásicas, cada una representa a una de las bellas artes y de los oficios del mundo prehispánico.
Rematan el conjunto central, a ambos lados de la cabeza de la imagen de la Patria, dos figuras fantásticas mitad pez y mitad ave, que representan la soberanía sobre los cielos y los mares territoriales. En la parte inferior, dos caballeros tigres provistos de flechas postrados en tierra protegen el fuego sagrado, representando las fuerzas armadas de nuestro país. En la cara del muro frontal, en dirección hacia el sur, a ambos lados del grupo central, así como en la cara opuesta que mira hacia el norte, podemos admirar la marcha de nuestra historia patria, en relieves de portentosa talla donde se aglutinan las imágenes de protagonistas, que en alguna forma la conformaron con sus hechos o sus decisiones.
Por medio de sus obras, sobre todo el Monumento a la Patria, el recuerdo de Rómulo Rozo está presente y perdurará en la historia.
Nacido en Chiquinquirá, Colombia, el artista sudamericano realizó en Mérida la más importante de sus obras: el Monumento a la Patria, único en el país.
En Yucatán pasó los últimos 33 años de su vida. Falleció en 1964 y sus restos fueron depositados al pie de la magna obra de piedra tallada, que por medio de imágenes y figuras de diversos personajes narra la historia de México, desde antes de la Conquista hasta las primeras décadas de este siglo.
El sentido de Patria o casa de los padres, que Rozo logró plasmar en el Monumento a la Patria, es algo más que su natal Colombia: representa a toda Iberoamérica. Gracias a este pensamiento de unión y hermandad que Rozo logró sintetizar en la magna obra, su recuerdo vivirá por siempre en la historia, pero sobre todo en Mérida, donde Rómulo vive, donde Rozo se quedó eternamente.
Con información del sureste.com