La vida arriba y abajo en Isla Mujeres

Cruzamos en autom�vil, en el ferry que parte de Punta Sam (el viaje dura 45 minutos y por un auto sed�n con cuatro ocupantes pagamos 420 pesos). Mala decisi�n. Si usted viaja a la isla cuyas mujeres cautivaron a las tropas de Francisco Hern�ndez de C�rdova, cruce sin auto. No es necesario. El destino no est� hecho para autom�viles sino para carritos de golf, motonetas y taxis.

Al visitar el parque Garraf�n -donde por $800 por persona se puede disfrutar un para�so natural todo el d�a-, la respuesta que recibimos al preguntar por el estacionamiento nos dej� de una pieza: "No tenemos". �Perd�n? "No tenemos estacionamiento". "Pero puede dejar el coche sobre la calle" "nom�s or�llelo tantito para que no estorbe". La belleza del parque nos hizo olvidar la preocupaci�n porque le dieran un golpe? o se lo llevara la gr�a (�hay gr�a en la isla?).

Nos hospedamos en el hotel M�a, que ocupa la totalidad del islote de la punta norte que lleva el panista nombre de El Yunque, al que se llega por un puente elaborado con pilotes de madera. Ah� tampoco es recomendable ir en auto. Como Garraf�n, el hotel no tiene estacionamiento. ?D�jenlo ah�, a un ladito?, nos dijeron. No fue mal servicio ni descortes�a. Los desubicados fuimos nosotros al cruzar el auto. Si usted piensa ir, cr�ame, deje su autom�vil en Puerto Ju�rez o Punta Sam. Puede pagar pensi�n.

Despu�s de varios a�os sin visitar la isla, casi hab�amos olvidado que a donde uno mire la vista es espectacular. Pero en el islote que ocupa el hotel lo es a�n m�s. Los comentarios de hu�spedes que hab�amos le�do en internet fueron todos acertados: algunas partes del hotel siguen en construcci�n, el servicio no es el mejor, las habitaciones son peque�as? pero ver salir el sol desde una ventana y ocultarse por la otra, y mirar y escuchar el mar cuando erosiona las rocas de un lado y se mece manso del otro, creando una piscina natural, �es imponente! �A qui�n le importan habitaciones peque�as, servicio de mediana calificaci�n y obra inconclusa?

Isla Mujeres es una muestra de que M�xico tiene para�sos naturales inigualables. La isla, que mide s�lo siete kil�metros de largo y menos de mil metros de ancho, se ubica en el cord�n arrecifal que corre frente a toda la costa de Quintana Roo. Es pr�cticamente un brote de tierra que hace cinco mil a�os estaba en territorio continental.

La isla posee el encanto del aislamiento y el bullicio de la cercan�a a tierra, la intimidad del caminar y la apertura multicultural, y queda claro que no tiene uno que llamarse Hemingway, Camus o Garc�a M�rquez para absorber inspiraci�n en un para�so natural. Aqu� brota sola.

La isla es libertad custodiada por agua. Es manso acuario y embravecido mar. Es un hormiguero de carros de golf (se rentan de 120 a 150 pesos la hora), con los que se recorre toda la �nsula en unos minutos. Aprisa o relajados, atentos o despreocupados, sus cosmopolitas ocupantes disfrutan la vista y la brisa con s�lo apretar los pedales y mover la gu�a.

La vida m�s bulliciosa, sin embargo, se encuentra abajo, en el frenes� de peces que forman el vasto acuario que goza y se alimenta del arrecife. De no ser un "mundo del silencio", como lo nombr� Jacques Cousteau, la abigarrada convivencia de peces ser�a un esc�ndalo.

Le recomendamos llevar m�scara y esn�rquel para disfrutar la vida submarina. Las aguas donde se permite nadar no son muy profundas, de modo que basta con "esnorquelear" para disfrutar del para�so submarino. Ahora que, si desea profundizar m�s, puede tomar r�pidas clases de buceo con instructores que encontrar� a lo largo del viv�simo malec�n.

En el mismo incansable malec�n puede contratar paseos por los alrededores, ya sea a los arrecifes que bordean la isla o incluso alejarse m�s, a Isla Contoy, donde aguarda otro para�so digno de presumir en sus redes sociales. En todos los casos, las lanchas cuentan con chalecos salvavidas, m�scaras y esn�rqueles de buena calidad para sus ocupantes.

Al planear sus pr�ximas vacaciones, no eche en saco roto la posibilidad de visitar Isla Mujeres. No es el lugar ideal si busca antros, fiesta o spring breakers. Pero si desea disfrutar una de las bellezas con que la naturaleza mostr� cu�n espl�ndida puede ser, pasar� unos d�as gozosos.

Y no deje de visitar el parque escult�rico de Punta Sur, que remata con el santuario de Ixchel, diosa maya del amor y la fertilidad, que consta de un peque�o altar que se levanta justo donde los rayos del Sol se posan por vez primera en territorio nacional. Al parque se puede llegar en carro de golf, moto o taxi. Pero hay un acceso m�s, desde el Garraf�n, que descubrimos porque Tania, nuestra hija, quer�a saber a d�nde conduce un camino que bordea el costado de la isla a la orilla de las rocas afiladas por la milenaria obstinaci�n del mar.

Suena bien, �no cree?

Por Olegario Moguel